Concurso Literario “Historias de Nuestra Tierra” Versión 2020

Concurso Literario

“Historias de Nuestra Tierra” 

Versión 2020

 

          El Ministerio de Agricultura lanzó una nueva versión del Concurso Historias de Nuestra Tierra, que organiza hace 28 años junto a la Fundación de Comunicaciones, Capacitación y Cultura del Agro (Fucoa).    Como una oportunidad para participar en familia y compartir experiencias y tradiciones propias del campo y el mundo rural de nuestro país, este tradicional certamen busca relevar  y   dar  valor al Patrimonio cultural inmaterial  de estos lugares, recopilando historias, mitos, leyendas, vivencias y cuentos Inspirados en el mundo campesino y rural.

Entre sus novedades, este año suma la categoría de Fotografía, dirigida a mayores de 18 años.

Las obras pueden ser enviadas a través del sitio WWW.HISTORIASDENUESTRATIERRA.CL, donde están las bases del concurso, resultados y publicaciones de ediciones anteriores, material educativo y más información sobre el certamen, cuya convocatoria cierra el  31 de agosto.   Los alumnos interesados pueden comunicarse con el Profesor de Lenguaje Luis Álvarez.

Fucoa edita anualmente los libros “Antología” y “Me lo contó mi abuelito”, que recopilan cuentos y poemas ganadores a nivel nacional y regional. Ambas publicaciones se distribuyen en la Red Nacional de Bibliotecas Públicas y además se entregan como obsequio a los ganadores. Estos libros están disponibles para su descarga gratuita en el sitio web WWW.HISTORIASDENUESTRATIERRA.CL.

A continuación la obra de la alumna Sofía Romero Valdés de 6º Básico A, que obtuvo el  2º  Lugar Regional, el año 2019 en la categoría cuentos.

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EL PACHO HUAPINO

Sofía Paz Romero Valdés

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      Mi abuela Carmen que tiene 77 años me contó una historia de su niñez.Ella vivía en El Maggi, en la precordillera de Linares, junto a su mamá y sus abuelos. Tenían grandes extensiones de terreno, muchos animales, aves de todo tipo y vivían de la agricultura. Bajaban a Linares solo una vez al mes, a comprar los víveres necesarios; estos eran transportados en micro y luego, en carretas tiradas por caballos. Cuando comenzaron los trabajos en la laguna del Maule, llegaron muchos hombres a trabajar y cavaron grandes túneles solo usando palas y picotas. Fueron 600 hombres que llegaron de todos lados a realizar ese gran trabajo, pero entre todos había un linarense muy especial apodado “el Pacho Huapino”, un gigante de 2 metros muy corpulento, el más alto conocido en ese territorio. Solo verlo infundía terror en la gente, porque tenía cabello grueso negro, cejas muy tupidas, era de pocas palabras y serio, ojos negros y mirada penetrante. Mi abuela Carmen decía que a pesar del miedo que provocaba, era un gigante bueno de mirada bondadosa. Pacho Huapino estaba a cargo de 200 hombres, pero en su tiempo libre siempre andaba acompañado de 15, con quienes recorría los lugares en busca de comida para comprar. Cierto día, pasaron a comprar diez gallinas donde la vecina de mi abuela Carmen, quien se negó a pesar de tener muchísimas aves. Ella los echó, asustada al ver a tan gigante hombre. Al día siguiente, cuando la mujer se levantó, no encontró ninguna gallina, solo los pollos, gallos y otras aves.Otro día, Pacho Huapino pasó con sus hombres a la casa de mi abuela Carmen, y como vieron que el gigante era educado y no pedía sino que quería comprar algunas aves, la abuela de mi abuela se las vendió y aparte les regaló un cordero, un queso de 5 kilos y mucho pan amasado. Pacho Huapino y sus hombres se fueron felices y agradecidos. Una vez al mes, Pacho Huapino pasaba a dejarle a la abuela de mi abuela un quintal de harina que sostenía sorprendentemente con una sola mano. Ese gesto era agradecido por la familia de mi abuela quienes pelaban 10 kilos de trigo para hacer un rico mote para darle a Pacho Huapino y sus hombres. Solo él se comía un pavo entero. Devolvía esos gestos cuidando cada ave y animal que tuvieron los abuelos de mi abuela Carmen, porque por esa época había mucho robo de animales. Pero mientras, el gigante visitaba la casa no volvió a desaparecer ningún animal y ninguna ave. También ayudaba arreglando cosas en el campo.Mi abuela Carmen tenía nueve años cuando Pacho Huapino visitaba su casa. Cuando la tomaba en brazos sentía miedo de mirar hacia abajo, pero le tenía cariño a ese gigante bondadoso. Pasaron muchos años y Pacho Huapino se convirtió en un buen amigo de la familia, pero mi abuela Carmen se fue a estudiar a Linares y no lo volvió a ver. Pacho Huapino regresó a Linares, pero mi abuela Carmen se había ido a vivir a Santiago. A los años supo que, Pacho Huapino había muerto solo y congelado una fría noche de invierno. Un final que mi abuela lamentó, porque Pacho Huapino había sido un gigante bondadoso, pero muy solitario.Por muchos años, se habló de él en Linares, convirtiéndose en una leyenda. Muchas cosas se decían de él, unas ciertas y otras falsas, pero quien realmente lo conoció fue mi abuela Carmen. Y ahora yo, gracias a su relato con el que escribo este cuento.

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Sofía Paz Romero Valdés

11 años

San Javier

Segundo lugar regional

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Fuente: https://historiasdenuestratierra.cl/wp-content/uploads/2020/06/antologia_infantil_2020.pdf